El transporte en Bogotá colapsó ayer en la noche, o más bien, lo colapsaron. Bogotá viene viviendo una lenta transformación de su sistema de transporte masivo público. Pero realmente muy lento. Seis años han pasado (tres años de Samuel Moreno y tres de Gustavo Petro) y en Bogotá aún no se ha podido implementar plenamente el nuevo Sistema Intregado de Transporte, SITP. Para estas grandes transformaciones que afectan grandes y pequeños intereses de empresarios del transporte se necesita tener voluntad, visión, y sobre todo, respaldo, y ese precesiamente ha sido el problema de la capital. Lleva la última década dando tumbos eligiendo malos alcaldes que se derrumban rápidamente ante sus electores por sus evidentes problemas de comunicación, gestión, e incluso corrupción.
Los hombres necesitamos de ilusión, y en una ciudad de más de siete millones de habitantes, necesitamos de líderes que hablen claro y aglutinen la ilusión de todos en una misma idea. Pero nuestro actual alcalde le gusta dilatar las cosas para luego correr e imponer su voluntad. Todo un tratado de cómo convertir ideas que pueden ser buenas, en imposiciones unilaterales.
Con todo este paisaje de fondo, los buseteros afectados por las medidas del pico y placa tuvieron eco, y ayer se tomaron la Caracas, la Autopista y la Av Suba en plena hora pico y afectaron el retorno a sus casas de cientos de Bogotanos.
En estos días en Bogotá respiramos pesimismo e incredulidad, por un alcalde que convierte ideas sensatas en acciones insensatas, por el desorden de un sistema que debería velar por la simplicidad pero en el que ronda la complejidad y la ignorancia, y sobre todo por un sistema que debería ser eficiente pero que no lo es. Así que como todo lo que hace en esta alcaldía de Petro, seguiremos dando tumbos, y llegando a puerto por la fuerza de la inercia y a costa de la paciencia y tranquilidad de los bogotanos.
NOTA DE PIE DE PAGINA: Hay que darle las gracias sinceras a la ONG Underground Rail Road por su duro, meritorio y difícil trabajo ayudando a atrapar a los comerciantes sexuales de menores. Pero también hay que decir que en Colombia no nos ha ido bien cuando personas particulares hacen trabajos que le competen a organismos de inteligencia policial. Esta ONG recuerda a las épocas poco grates y todavía vigentes del paramilitarismo colombiano. ¿Y qué pasaría si durante un operativo de esta ONG resulta herida alguna persona, o algunos de estos actores famosos gringos? No es correcto que particulares jueguen a policías y ladrones
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