La prostitución me parece un estado lamentable del ser humano al que la mayoría de las personas llegan por la desesperación - bueno, al menos eso es lo que quiero pensar -. La prostitución es degradante y la existencia de vendedores y consumidores de cuerpos es un bombillo rojo que nos alerta del camino que conduce la búsqueda de placer con desenfreno, y la falta de dignidad y de amor propio que se exparse en esta nueva sociedad consumidora (bueno, ni tan nueva, creo que la prostitución existe desde que la tierra quemaba, lo increible es que en pleno Siglo XXI al límite de la evolución de la creatividad humana, sigua siendo una forma válida de superviviencia). No tengo pues nada contra las prostitutas porque aunque no estoy de acuerdo con su modus vivindi, Dios no me hizo de rabo de plomo como pa sentirme capaz de juzgar y señalar. Igual me sucede con los gays. Pueda que no los entienda, pero respeto su decisión de encontrar el amor y la comprensión - la búsqueda del paraiso, de la verdadera felicidad - en personas del mismo sexo (claro, que sinceramente considero que la mayoría de los gays cambian de bando sólo por frustación). Ahora, qué lleva a una persona gay a ser prostituto (o prostituta, digamos que ahí no se sabe). Porque yo puedo entender que se pueda uno decidir ser marica como una convicción de vida, como un sincero convencimiento, como un auto-entendimiento de la naturaleza misma. Eso es una cosa, pero y la prostitución? En qué momento entra la prostitución en juego en esa filosofía de vida? No entiendo, no me cabe en la cabeza que la mayoría de los maricas que uno ve por ahí, sean travestis y vendan sus cuerpos al mejor postor quizás como el único medio que encuentran para sentar su posición, para defender un punto, como un símbolo de irreverencia ante la vida y ante el mundo. Pueda que tengan razón, no hay verdades abosolutas y cada uno tiene el derecho de hacer con su vida lo que quiera, pero serán felices? No lo creo. Espero equivocarme.
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